jueves, 20 de noviembre de 2014

FRÁGIL AMOR

Si acaso tu piel rozaba la mía, sentía como si el mundo estuviese a punto de estallar. Luego me mirabas, serena y sosegada, y sin decir una sola palabra, me dabas un beso, y al final el mundo estallaba.

¿Te amé? No lo sé, pero sí amé cada segundo que te tuve a mi lado. ¿Me amaste? Quizás, pero sé que nunca olvidarás, ni tampoco yo lo haré, cuando nos decíamos “te amo”.

Te tomaba de la mano y te guiaba junto a mí, orgulloso de tenerte, como si le restregara al mundo lo dicho que era y lo feliz que me hacías. Ahora camino por las mismas calles y solo tu recuerdo me acompaña.

Cuando te veía bailando junto a mí, te veía en cámara lenta y grababas en mi mente una película. Ahora me tortura una y mil veces porque no logro detenerla, se repite y se repite incesantemente.

Al fin me di cuenta que es tan frágil el amor y es tan fuerte el orgullo, que cuando ambos se enfrentan, es un duelo a muerte: a veces gana el primero, a veces gana el segundo.

Dejaré un día de ser un muchacho para convertirme en hombre. Dejarás tú de ser una chiquilla y serás una mujer y al fin ambos entenderemos cuán tontos fuimos. Hasta entonces, hasta pronto.

Prometo un día buscarte y decirte cuánto lo siento, volveremos a tomarnos de la mano y a caminar juntos de nuevo. Volveremos a bailar con el cielo de la noche.

¿Te amé? ¿Me amaste? Solo con el tiempo lo sabremos.



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